
Integración sensorial y autismo
La integración sensorial es el proceso mediante el cual el cerebro organiza y utiliza la información que recibe a través de los sentidos para comprender el entorno y tomar decisiones. Los elementos que intervienen en este proceso son:
- Los sentidos: son los órganos que reciben estímulos del entorno y los convierten en información para el cerebro. Los sentidos más comunes son la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto.
- Los receptores sensoriales: son células especializadas que se encuentran en los órganos de los sentidos y que detectan estímulos específicos, como luz, sonido, olores, sabores y sensaciones táctiles.
- El sistema nervioso: es el encargado de transmitir la información recibida por los receptores sensoriales hasta el cerebro, donde se procesa y se interpreta.
- El cerebro: es el órgano encargado de interpretar la información que recibe y de utilizarla para comprender el entorno y tomar decisiones.
La integración sensorial es un proceso complejo y continuo que permite al ser humano interactuar con su entorno de manera efectiva. Está implicada en muchas actividades cotidianas, como la lectura, el habla, el equilibrio y el movimiento, entre otras. Algunos trastornos del desarrollo, como el trastorno del espectro autista, pueden afectar la integración sensorial y dificultar la interacción con el entorno
Sistemas sensoriales
Los sistemas sensoriales se encargan los encargados de recibir, procesar y transmitir información del mundo exterior hacia el sistema nervioso central. Estos sistemas incluyen la visión, el oído, el olfato, el gusto y el tacto.
La visión es el sistema sensorial más importante para la mayoría de los seres humanos. Los ojos recogen la luz y la proyectan hacia la retina, una capa de células sensibles a la luz situada en la parte posterior del ojo. La retina convierte la luz en señales eléctricas que son enviadas al cerebro a través del nervio óptico. Y es el cerebro interpreta estas señales como imágenes. Algunos trastornos de la visión incluyen la miopía, la hipermetropía y la presbicia.
El oído es el sistema sensorial que es responsable de la audición. Los oídos recogen las ondas sonoras y las convierten en señales eléctricas y las envía al cerebro a través del nervio auditivo. El cerebro interpreta estas señales como sonidos. Algunos trastornos del oído incluyen la sordera, la hipoacusia y la acúfeno.
El olfato es el sistema sensorial que se encarga del sentido del olfato. Las células olfativas situadas en la nariz recogen los aromas y los convierten en señales eléctricas que son enviadas al cerebro a través del nervio olfatorio. El cerebro interpreta estas señales como olores. Algunos trastornos del olfato incluyen la anosmia, la hiposmia y la hiperosmia.
El gusto es el sistema sensorial encargado del sentido del gusto. Las papilas gustativas situadas en la lengua recogen los sabores y los convierten en señales eléctricas y las envía al cerebro a través del nervio trigémino. El cerebro interpreta estas señales como sabores. Algunos trastornos del gusto incluyen la ageusia, la hipogeusia y la hipergeusia.
El tacto es el sistema sensorial encargado del sentido del tacto. Los receptores sensoriales situados en la piel recogen los estímulos táctiles y los convierten en señales eléctricas que son enviadas al cerebro a través de los nervios sensoriales. El cerebro interpreta estas señales como sensaciones táctiles. Algunos trastornos del tacto incluyen la hipoestesia y la hiperalgesia.