
Las funciones ejecutivas
Las funciones ejecutivas son un conjunto de habilidades cerebrales que nos permiten planificar, organizar y llevar a cabo tareas complejas. También nos ayudan a resolver problemas, controlar nuestros impulsos y adaptarnos a situaciones nuevas y cambiantes.
Los trastornos relacionados con las funciones ejecutivas incluyen el trastorno del déficit de atención con hiperactividad (TDAH), el trastorno del espectro autista (TEA) y la enfermedad de Alzheimer. Otros trastornos que pueden estar relacionados con las funciones ejecutivas incluyen el trastorno límite de la personalidad, el trastorno de ansiedad generalizada y el trastorno de estrés postraumático.
El trastorno del espectro autista (TEA) es un trastorno del desarrollo que afecta a la forma en que las personas se comunican y interactúan con los demás. Las personas con TEA pueden tener dificultades para comprender las intenciones y emociones de los demás, y pueden tener dificultades para desarrollar habilidades sociales y comunicativas.
Se ha observado que algunas personas con TEA pueden tener dificultades para desarrollar y utilizar adecuadamente las funciones ejecutivas. Esto puede dificultar la realización de tareas complejas y adaptarse a nuevas situaciones. Sin embargo, esta es una característica que puede variar mucho entre las personas con TEA, y no todas las personas con este trastorno presentan dificultades en este ámbito.
Las funciones ejecutivas se pueden clasificar de diferentes maneras.
Clasificación
Una forma de clasificarlas es en función de la habilidad que implican:
- Funciones de la atención: nos permiten prestar atención a estímulos específicos y mantenerla durante un cierto período de tiempo.
- Funciones de la inhibición: nos ayudan a controlar nuestros impulsos y evitar distracciones.
- Funciones de la flexibilidad cognitiva: nos permiten cambiar nuestra forma de pensar y adaptarnos a situaciones nuevas y cambiantes.
- Funciones de la memoria de trabajo: nos ayudan a almacenar y manipular información en la mente de forma temporal.
Otra forma de clasificar las funciones ejecutivas es en función del tipo de tarea que implican:
- Funciones de planificación: nos permiten establecer metas, desarrollar estrategias para alcanzarlas y organizar nuestras acciones de manera eficiente.
- Funciones de monitoreo: nos ayudan a controlar nuestro progreso en relación con las metas que nos hemos fijado y a detectar y corregir errores.
- Funciones de resolución de problemas: nos permiten encontrar soluciones creativas a situaciones desafiantes.
- Funciones de toma de decisiones: nos ayudan a elegir entre diferentes opciones en función de sus posibles consecuencias.